domingo, 31 de octubre de 2010

Dineros, objetivos y felicidad

En estos días he conseguido una de las pequeñas metas que me tenía planteadas. No es nada importante, era un pequeño reto personal relacionado con una actividad de ocio. Me planteé completar una serie de escenarios de videojuego en un límite de tiempo y lo conseguí. Como veréis una chorrada como la copa de un pino, nada relevante, nada productivo y nada que después me reporte ningún tipo de beneficio o mejora para la vida o el futuro, simplemente una cuestión de puro ocio.
Aunque en este ejemplo el objetivo a alcanzar era algo de nula importancia yo me sentí bastante agusto por haberlo logrado. Esto me llevó a pensar en algunas personas que he conocido en mi vida y de las que os hablaré a continuación:
Estas personas tienen dinero a mansalva, aunque no porque se lo ganen sino porque han nacido en familias donde sí se gana mucho más dinero del que se necesita. Son personas que no conocen lo que es llegar el 22 de cada més y tener que estrujar el presupuesto porque ya ha caído el sueldo del mes, personas que para conseguir lo que quieren sólo han de pedirlo y se les da.

¿Ha salido el nuevo modelo de móvil? ya es suyo; ¿ha salido la PlayStation 3000? ya la tienen; ¿Qué tal ese carísimo vestido de Armani de nueva temporada? dicho y hecho.
Cualquier currante medio, mileurista o "menosdemileurista" que lea esto puede pensar "jolines, yo quiero esa vida para mi. Basta de aguantar al jefe, de estar acojonado cuando me vengan los recibos de gas, telefono y el seguro del cuatro latas que tengo por coche, basta de hartarme de currar en la empresa y luego hacer las faenas de la casa, basta de no llegar a fin de mes y tener que recortarme de cosas que me gustan...".
Resumiendo, cualquier persona de clase media podría pensar que con eso sería feliz, pero... ¿es eso verdad? ¿da el dinero realmente la felicidad?.
Si quienes me leen piensan que sí, les diré que ninguna de estas personas eran verdaderamente felices. A la larga nosotros tampoco lo seríamos. ¿Por qué? Planteense la siguiente cuestión. ¿Qué aliciente puede tener la vida cuando no hay absolutamente nada en ella por lo que luchar? ¿Qué objetivos e ilusiones puede tener una persona que lo tiene absolutamente todo en la vida?. Si yo, con la birria de sueldo que tengo y sin pareja, quiero tener un piso... tengo que sudar muchísima tinta para conseguirlo, hacer sacrificios y pasar penurias económicas pero al final, cuando consiga mi piso, habrá valido la pena, habré conseguido mi meta, me lo habré currado y me lo habré ganado y eso es algo que nunca sentirán aquellas personas que con solo hacer una llamada ya tienen pagado un piso.
El dinero sirve para comprar muchas cosas, pero por si solo, no te trae la felicidad, para empezar porque la felicidad es algo demasiado relativo como para tener un camino objetivo y único de alcanzar, y para terminar porque todos necesitamos un camino que seguir en la vida, unas metas, unos sueños, unas esperanzas, todos necesitamos retos que plantearnos y que superar, por lo tanto si el dinero infinito nos aleja de todo eso porque nos aporta de inmediato la realizacion de esos sueños y esperanzas sin esfuerzo alguno, no podremos ser felices jamás.
Si a mi algún día un genio me concediera algún deseo, yo no le pediría tener todo el dinero del mundo, simplemente le pediría poder tener el suficiente como para poder llevar una vida más o menos cómoda, pero que al mismo tiempo me permita seguir luchando, bien para aspirar a más o bien para mantener lo que tengo.
Dicen, y con razón, que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Yo opino personalmente que en la vida las cosas verdaderamente importantes no son aquellas que el dinero puede comprar, por eso yo prefiero ser rico antes en lo personal que en lo material.
A modo de despedida os comento, asi... en plan íntimo... Hay que ver qué reflexiones tan profundas soy capaz de hacer únicamente a raíz de haberme pasado un videojuego.

lunes, 25 de octubre de 2010

Halloween, historia y tradición... ¿en España?

En apenas unos días se celebrará la festividad de Halloween. En ese día veremos los colegios de los niños adornados con calaveras, fantasmas y calabazas así como a los propios niños jugar entre caramelos y chucherías disfrazados de brujas, esqueleto o vampiro.
Halloween es una fiesta que todos conocemos muy bien, que llevamos años viendo a nuestros personajes de ficción americana favoritos celebrar. Así por ejemplo no hay temporada de Los Simpsons, que no tenga su capítulo especial de Halloween y como ellos en cualquier comedia familiar norteamericana que se precie nunca falta su episodio homenaje. Así, con el paso de los años, en España esta fiesta está empezando a calar socialmente, dando lugar a celebraciones como las mencionadas en el primer párrafo.
Pero ¿Sabemos realmente qué es Halloween? ¿Saben las madres que disfrazan a sus hijos de vampiros y hombres lobo en ese día qué es exactamente lo que se celebra en los colegios de sus hijos? ¿lo saben los miles de adolescentes que con excusa de este día organizan fiestas de disfraces? ¿lo sabe la sociedad española en general?.
Los orígenes de Halloween son milenarios; se remontan a los tiempos de los Celtas, quienes poblaban por entonces las Islas Británicas y parte de Europa.
Según su calendario, el día 31 de Octubre marcaba para ellos tanto el final del verano como el final de año. Las creencias religiosas celtas afirmaban que en ese día las puertas del mas allá se abrían y los espíritus de los muertos venían al plano de los vivos para hacerles... sutiles putadillas a éstos como arruinar sus cosechas, poseer cuerpos o hasta llevarse a algún vivo al más allá.
Los vivos en ese día, aterrorizados, decoraban las casas con imágenes de muertos, esqueletos y todo tipo de objetos que simbolizaban a los muertos y también dejaban comida en las puertas de las casas para que los espíritus se la zampasen y pasasen de largo. Esto es lo que a nuestros días ha llegado como "truco o trato", aunque otras versiones históricas defienden que eran los propios espíritus los que llamaban a las puertas y chantajeaban cual mafia de los años 20 a los vivos en plan "o me das comida o te voy a armar un follón aquí que lo flipas".

Existen referencias a una festividad llamada "Samhain" que celebraban los druidas celtas, los cuales en esos días rendían culto a los muertos y creían que éstos a cambio les otorgaban visiones sobre el futuro. Parte de estas celebraciones consistían en encender enormes hogueras también para alejar espíritus malignos y se cree que en algunos casos se llegaban a realizar sacrificios humanos para ello. No son pocos quienes creen que "Samhain" es el origen ideológico de Halloween.
La fiesta celta, con la llegada de los Romanos, si bien no desapareció sufrió importantes transformaciones pues éstos mezclaron la fiesta con la celebración propiamente romana de culto a Pomona, la diosa de las frutas y los árboles la cual ya formaba parte de la cultura romana y éstos la celebraban por las mismas fechas. Esta fusión aún pervive en las celebraciones del Halloween actual, donde no es infrecuente ver que las manzanas forman parte de la celebración.
El auge del Cristianismo comenzó a imponer la creencia monoteísta frente a las concepciones politeístas que predominaban entonces. Así estas fiestas de superstición y culto a los muertos fueron, digamos... reinterpretadas por los sacerdotes cristianos de modo que el 1 de Noviembre pasaría a ser un día en el que los muertos pasaban de ser temidos a ser homenajeados y recordados por los vivos, surgiendo así el que se conoció como "Día de Todos los Santos" y la noche del 31 de Octubre pasaba a ser la noche de vigilia de los muertos "All Hallows Eve" en inglés.

La tradición de disfrazarse en Halloween nació en la Edad Media, por entonces muchos bandidos atribuían sus propios robos a espíritus malignos y para seguir teniendo engañados a los incautos cuidadanos, en ese día muchos ladrones se disfrazaban de demonios y criaturas malignas para conseguir que sus víctimas aterrorizadas les regalaran voluntariamente sus bienes para salvarse de malvadas represalias.
No fue hasta el siglo XIX cuando la festividad de Halloween empezó a celebrarse por los irlandeses de entonces y del modo que hoy conocemos, fueron éstos los que introdujeron el que sin duda es a día de hoy el elemento más representativo de la fiesta, es decir, la calabaza hueca con la vela dentro y la cara terrorífica, cuya historia, para no hacer este post absolutamente interminable, os pego en este enlace
Los Irlandeses, en sus años de pobreza y emigración masiva hacia Estados Unidos, se llevaron con ellos la tradición de Halloween, que con los años ha pasado a formar parte indispensable de sus festividades y casi uno de los iconos más identitarios de la nación de las barras y estrellas.


Para terminar, puestos sobre la mesa los orígenes y el significado de la festividad de Halloween... ¿qué tiene que ver esta fiesta con nosotros? ¿qué asociación de ideas pueden llevarnos a pensar que Halloween es algo que deba ser celebrado en España?. Personalmente yo no le veo absolutamente ningún sentido, sólo veo motivos comerciales e intereses económicos, es decir, los mismos motivos que están desposeyendo a una fiesta como la Navidad, de su verdadero espiritu.
Como dije en mi post sobre la Fiesta de la Cerveza: Puestos a importar fiestas que no tengan nada que ver con nuestra cultura... mejor importemos la de la cerveza, que no hay nada más español que las cañitas de los bares con los colegas así que algo más de sentido tendría que la celebrásemos.

viernes, 22 de octubre de 2010

Fútbol en el Vaticano

¡Cómo soy! Habiendo tantísimos temas de actualidad como el cambio de ministros en el gobierno, o incluso algo más afín a mis intereses como la sentencia del cánon emitida por el Tribunal de Justicia... voy yo y se me ocurre hacer un post en plan graciosete y humorístico sobre algo relacionado con el Vaticano.
Los que me conocéis, sois conscientes de que me gustan muchos los Simpsons y podeis pensar que voy a hablar sobre esto: http://www.hoy.es/v/20101019/sociedad/simpson-misa-20101019.html ¡peeero! os equivocais, pues poco hay que decir que no se haya dicho ya al respecto y sobre todo viniendo de mi compañero y amigo Enrique Falcó, que para eso fue el primero que no pudo resistirse a comentarlo.

El Vaticano tendrá por fin selección nacional de futbol. 
Según importantes medios de comunicación será un combinado de los mejores sacerdotes y seminaristas que participaron en la última Clericus Cup, conocida como "el mundial de los sacerdotes" pues los equipos estan compuestos por los curas de cada nacionalidad que mejor juegan al futbol.
Evidentemente, un combinado de futbolistas de diversas nacionalidades que no cuenten con la nacionalidad Vaticana no cumple los requisitos para ser reconocido como parte de la F.I.F.A y por tanto no les veremos participando en torneos oficiales, no obstante hay que reconocer que es una curiosidad digna de mención.

No obstante la selección vaticana tiene su propio estadio, el "Pío XII" y por supuesto su propio entrenador. Pero no os creais que es un entrenador cualquiera, se trata nada menos que Giovanni Trapattoni, que como vereis ha entrenado a los equipos más importantes de la liga italiana y a algunos de los más grandes de Europa.
Justamente mañana, 23 de Octubre, la selección vaticana va a jugar un partido contra un combinado de policías financieros italianos con fines benéficos. En principio la cosa va a quedar aqui y no se prevee que la Santa Sede vaya a oficializar a su selección próximamente, aunque sí se rumorea que parte de las altas esferas no verían para nada con malos ojos que El Vaticano tuviera su propio equipo oficial de futbol. Quizá algún día, en un futuro lejano veamos en los balcones de la Plaza de San Pedro a la selección vaticana mostrando ante miles de enfervorizados fans vaticanos el trofeo del mundial de la FIFA, a miles de vaticanos enfundados en banderas nacionales y con camisetas de su selección llenando las calles del Estado Vaticano, así como a la Guardia Suiza conteniendo a hordas de enfervorizadas monjas que intentan abalanzarse sobre sus ídolos del balón y conseguir sus autógrafos.
¿Os imaginais la recopilación de estadísticas? podrían ser algo así: el máximo goleador, el Padre Pelayo, del Opus Dei; el jugador mejor valorado, El Hermano Martín, de Los Jesuitas.
¿Las bandas tocarían el himno nacional del Vaticano o se limitarían a que los jugadores rezaran un Padrenuestro y un Avemaría antes del comienzo del partido?. ¿Y qué tal esas animadoras? ¿qué tal un grupo de monjas ataviadas con sus hábitos cantando y bailando al más puro estilo Sister Act?. Aquí tenemos un ejemplo real de monjas cheerleaders.


Si los partidos se celebrasen en su estadio, en lugar del vendedor ambulante de pipas y chuches que camina por las gradas, aquí habría una enorme cuadrilla de monaguillos recorriendo el estadio para pasar el cepillo. En lugar de barras de bar, en el estadio habría confesionarios para que durante el descanso y nada más finalizar el partido, los aficionados vaticanos acudieran a confesarse por las barbaridades e improperios dichos hacia el equipo contrario y al árbitro.
O bien, si además de monaguillos hay vendedores, en lugar de vender frutos secos y patatas fritas venderían huesos de santo y pastelillos de los que hacen las monjas de clausura. En caso de celebrarse la contienda los domingos, los estadios dispondrían de una pequeña capilla adyacente donde los fieles pueden oir misa, al igual que en el episodio de lo Simpson en que Homer fleta un autobús para ir a la Superbowl.
Para terminar este pequeño post humorístico (perdón si alguno de mis lectores más católicos se ha ofendido, pues para nada era mi intención y confío por tanto que vean mi post con sentido del humor) volveré a hacer una referencia esplícita al asunto de los "valores cristianos que hay en Los Simpson".


¡Aleluya!.

martes, 19 de octubre de 2010

Gente curiosa: Los "no sé"

Vivimos en una sociedad gigantesca y extremadamente compleja. Muchos son los sesudos investigadores que se dedican al proceso de etiquetado y clasificación de las personas por grupos. Ejemplo de ello son las tribus urbanas, o basándose en cuestiones de personalidad los tímidos, o los "echaos p'alante", o los cachondos (sexuales o humorísticos) y miles y miles de millones.
Habitualmente me muestro en contra del etiquetado masivo de las personas en la sociedad, considero que es una forma más de fomentar la vagancia mental, es decir ¿para qué pensar si ya me lo dan todo pensado? y como ya se sabe que la primera impresión es la que queda... pues etiquetas a cada persona como si fuera un bote de garbanzos y asi no tienes que molestarte en conocerla en profundidad, que para eso está ya etiquetada.

No obstante hoy voy a contradecirme a mi mismo y voy a hablar de un grupo de personas con una cualidad que a mi, personalmente, me deja perplejo.
Para explicaroslo con un ejemplo os propongo que imaginéis la siguiente situación: Estais en casa viendo la tele en familia, estrenan un programa nuevo y os habeis animado a echarle un vistazo. Cinco minutos después alguien dice "este programa no me gusta". Sois gente curiosa y preguntais "¿por qué no?" y recibís la siguiente respuesta "no sé".

Es comprensible que uno pueda tener una especie de sexto sentido para estas cosas, también para otro tipo de cuestiones algo más personales, por ejemplo, el hecho de que te presenten a alguien y... sin motivo aparente ni suficientes elementos de juicio, no te caiga bien desde el instante en que le viste la cara por primera vez, son cosas que a veces pasan. Lo mismo se podría decir del amor a primera vista, a veces puede ocurrir.
En cambio los "no sé" son personas que parecen vivir este tipo de situaciones constantemente. Emiten juicios de valor sobre algo o alguien y después resulta que no se basan en nada ni argumentan nada de lo que opinan. Así puedes encontrarte personas que por ejemplo, creen que su pareja les engaña y no saben por qué lo creen; personas que inician un nuevo trabajo y afirman que se van a llevar mal con su jefe sin ninguna razón o incluso personas que de sopetón te dan algun consejo sobre un asunto delicado que has de solventar tú y al final, cuando quieres saber en qué se basan para decir lo que dicen, su respuesta es "no sé". Dejándote a ti con una cara de gilipollas tal que así...

Posiblemente yo, que me he acostumbrado desde muy pequeño a que si tengo una opinión que no puedo argumentar o defender... mejor la olvido o a lo sumo me la guardo para mi, vea a este tipo de personas como verdaderos extraterrestres porque realmente o tienen un sentido de la intuición absolutamente prodigioso o simplemente no les da la gana de decir nunca los motivos por los que creen lo que creen. Quizá si eres muy amigo de uno de ellos, simplemente te diga el "no sé" porque considere que conociéndole como le conoces ya deberías saber por qué dice lo que dice.
Verdaderamente es un fenómeno que me recuerda a otro muy común entre la gente, el empezar a contarte algún tipo de cotilleo y decir a continuación "pero no te lo puedo contar, es un secreto". ¿Habrá cosa que dé más rabia que eso? Pues los "no sé" acaban generando en mi persona un sentimiento similar.
Quien más y quien menos, todos hemos sido "no sé" ocasionales, eso tampoco tiene mucha importancia y hasta es gracioso y anecdótico pero... ¡ay de ti si alguna vez te toca conocer a un "no sé" empedernido en esta vida! porque os aseguro que al final resulta verdaderamente desquiciante.

sábado, 16 de octubre de 2010

Timidez

Para introducir un poco el tema quisiera poneros un video que muchos conocereis. Muy conmovedor. Fijaos en lo que dice para presentarse ante el grupo de niñas vestidas de girl scouts.


Inspirándome en ese preciso momento voy a presentarme ante vosotros:
"Hola, Me llamo Francisco Javier Reyes, y soy tímido".
No, no se me ha ido la pinza y sí, soy consciente de que comparar la timidez con el alcoholismo es calificable como poco menos que demencial. Pero sí que en ocasiones me he sentido con ganas de decirlo en según qué tertulias entre amigos.
Siempre he sido tímido, desde niño, y lo admito, no es un camino de rosas, no seré yo quien deje de reconocer los innegables inconvenientes de serlo, sin embargo el paso de los años, mi experiencia personal y mi propia observación al respecto me han hecho darme cuenta de que el verdadero problema de la timidez no es la dificultad para relacionarte con los demás, o al menos, no solo es ese. Lo que verdaderamente convierte es problemático es la visión que el mundo tiene de ello.
Una persona tímida en la sociedad actual es considerada como una persona enferma, mentalmente, pero enferma. Se escriben libros y libros de autoayuda como churros sobre cómo superar la timidez, psicólogos y especialistas ofrecen sus servicios y sus conocimientos para ayudar a erradicarla, y no hablemos de la imagen que se da de las personas tímidas en el cine o en la televisión. ¿Necesitais alguna prueba más? escribid en google la palabra timidez y entendereis.

La timidez como una lacra social, como un problema, como una enfermedad, como algo que hay que superar como si se tratara de un cáncer o algo. Ese concepto de la timidez es su verdadero problema, que el mundo entero se empeña en enseñarte que ello es una amenaza mortal para tu felicidad y tu vida en lugar de enseñarte que es algo que forma parte de una persona tanto como el tener los ojos azules, ser alto o bajo o (en el caso de las mujeres) tener pechos grandes o pequeños. Si a mi desde pequeño me hubieran enseñado a conocer, a comprender y a convivir con mi timidez en lugar de señalarme con el dedo y verme como una persona con problemas, luego al adquirir más madurez podría decidir si esto es lo que quiero ser o si lo quiero cambiar porque no me siento feliz asi.
A servidor de ustedes, harto de que todo el mundo se pasara toda la vida diciéndole cómo debía ser y lo que tenía que hacer al respecto, se le hincharon las narices y los mandó a todos a que resolvieran sus propios problemas y a que dejaran en paz mi vida. Fue entonces cuando realmente me di cuenta de que lo que me hacía infeliz no era ser tímido, sino ser visto como una especie de apestado o enfermo problemático a ojos del mundo.
Es lógico, por otra parte pensar que la timidez tiene considerables desventajas y que te cierra una serie de puertas que te dificultan las relaciones sociales ¿Que me gustaría a veces tener más capacidades sociales y ser menos tímido? pues claro, alguna vez lo he deseado, como cualquier persona que en momentos determinados suspira por poseer alguna virtud que no posee. Porque no nos equivoquemos, amigos, todas las personas, desde las más extrovertidas hasta las más tímidas, tenemos algo que en algún momento nos gustaria que no fuera así y el que os diga lo contrario, os miente descaradamente. La diferencia estriba en que en el caso del extrovertido eso se le ve como algo normal, mientras que al tímido hay que salvarle de si mismo.

Entonces muchos os preguntareis "¿Qué ventajas tiene ser tímido?". No seré yo quien os lo diga, os animo a pensar en ello, pero para que luego no digais que soy malo, sólo voy a deciros dos palabras que pueden serviros de punto de partida: "Pasar Desapercibido".

Reflexión final: Tendríamos que mirar a nuestro alrededor y contemplar la cantidad de dinero que ganan algunas personas gracias a los complejos de los demás, quizá así entenderíamos esta manía de hacer que medio mundo señale al otro medio para intentar que nunca seamos felices con ser quienes somos.

Algunos cambios

Debido a cuestiones de índole familiar y personal he mantenido el blog sin actualizar durante algunos dias, demasiados para mi gusto. No creo tener muchos seguidores pero lo que sí creo es que a los poquitos, pero bien avenidos, que tengo los terminaré por perder si actualizo esto una vez cada mil años.
En todo momento he tratado de escribir interesantes reflexiones e interesantes historias que han requerido de mi persona un tiempo que quizá creí tener y no tengo, con lo cual, he comprendido que debo adaptar mi frecuencia de posteo un poco a las circunstancias y empezar a escribir menos cantidad en cada post y dejando a cambio que transcurra menos tiempo entre escrito y escrito.
Confío en que haciéndolo asi podré tener el blog actualizado a mi gusto y por supuesto, al de todos mis habituales, que aunque quizá sean pocos, para mi valen más que millones.

martes, 5 de octubre de 2010

Huelga General: el día después

Tras una muestra más de "Donde dije digo, digo Diego" del señor Zapatero, la reforma laboral ya está aquí y tras una fallida huelga general no se ha evitado el trágico final de multitud de derechos de los trabajadores.
Al final, uno termina creyendo en algo tan demoledor como que la gente no ha secundado la huelga por cualquier razón (elija cada cual la suya: La reforma ya está aprobada y no se puede echar atrás; los sindicatos han cobrado subvenciones del gobierno y han sido sus amiguitos; si llega a estar gobernando el PP le habrían montado diez huelgas ya; porque tenía que haberse hecho antes; porque esto es una patraña para justificar su existencia y los fondos que perciben...) menos por el verdadero motivo por el que tendríamos que haberla secundado todos, es decir, que esta reforma laboral es absolutamente inadmisible, vergonzosa e intolerable y que no podemos quedarnos quietos y aceptarla sin más.
Anteayer un compañero de trabajo a quien le expuse este punto de vista me dijo "pues sepa usted que esa buena voluntad de la que usted hace gala la han utilizado los sindicatos en su provecho, para perpetuarse y justificar los millones que reciben del gobierno haciendo ver que aún tienen capacidad de movilización popular" dando con ello a entender que sólo por eso, no había que haber participado en la huelga y defendiendo de algún modo la teoría de que esta huelga estaba más que pactada con el gobierno.

Llegados a este punto quiero aclarar algo. En ningún momento pretendo enfrentarme o revocar la opinión de mis compañeros respecto a los sindicatos, acepto la realidad de que hay indicios y motivos para sospechar que algo de razón pueden tener. No puedo decirles "Eso es mentira" porque no puedo demostrarlo (aunque ellos tampoco puedan demostrar sus teorias de que todo esto estaba pactado con el gobierno). Lo que trato de decir es que las cosas tienen que hacerse bien y no mezclarse, es decir, primero vamos a arreglar este cirio que nos ha montado el gobierno y después si lo consideramos necesario u oportuno abrimos un amplio debate social para analizar el papel de los sindicatos durante los últimos años y para plantear los cambios y las soluciones a las cosas que hacen que los sindicatos funcionen mal.
Pero aqui parece que lo mejor era hacerlo al reves, es decir, primero herir y putear a los sindicatos y como herramienta para ello, hacer fracasar la huelga general. O lo que es lo mismo, dar la imagen de que preferimos sacrificar nuestros derechos laborales si con ello le damos una bofetada a los sindicatos. ¿Alguien le ve lógica a esto? porque yo por más que lo pienso no se la veo.
Pero claro, según el compañero que antes mencioné, yo y sólo yo, por hacer ni más ni menos que lo que como trabajador que soy debía hacer (es decir salir a la calle y luchar por mis derechos) he sido un palmero y un monigote al servicio de los sindicatos. Quizá lo que él no ha pensado es que si realmente las cosas son como él las planteaba, tan pelele ha sido él por no hacer la huelga como yo por hacerla, pues ambos hemos contribuido a que esta huelga supuestamente "pactada" haya salido tal como estaba "pactada".

Lo único que puedo decir como conclusión es que personalmente me siento muy triste y desmoralizado, no tanto por lo ocurrido en la huelga (lamentablemente, era lo que se veía venir) sino por el devenir general de los acontecimientos. No veo soluciones a esta situación, no veo que la reforma laboral vaya a solucionar nada, no veo que se vaya a cambiar el sistema productivo... quizá se cree un poco de empleo algún día pero veo que los gobiernos de Europa y el mundo van a aplicar a la crisis mundial las mismas recetas que a la larga nos llevaron a ella; veo que estamos condenados al eterno retorno, a los ciclos de crisis-recuperación-crisis y cediendo los trabajadores más y más derechos con cada uno de estos bucles.
Envidio a quienes piensan que cambiando de partido político gobernante se hará la luz y estas cosas nunca más pasarán... ojalá pudiera ver al otro candidato al gobierno como una alternativa ilusionante, pero no puedo, perdonenme los lectores afines al, por ahora, partido de la oposición pero no veo que "El señor de los hilillos" sea una solución ni a la crisis ni a nada.
Y pensar que los paraísos fiscales siguen ahí y que nadie mueve un dedo...