domingo, 12 de diciembre de 2010

Yo y mi circunstancia.

La primera vez que escuché la frase que titula este post fue en una conocida radio musical, pues era el nombre de un grupo musical que cantaba una canción llamada "como un idiota" (no era un grupo muy allá y la canción era bastante absurda, pero por alguna razón me gustaba escucharla). Ignoraba entonces, pues era yo jovenzuelo e inmaduro, que el nombre de aquel grupo era parte de una frase en la que se contaba una de las verdades más grandes de este mundo:
"Yo soy yo y mi circunstancia".
Pese a que dicha así es una frase con pleno sentido, la realidad es que no es una frase completa. Su autor, Ortega y Gasset, dijo: "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo". La segunda parte se suele omitir porque básicamente refuerza la primera afirmación de la frase y no aporta mucho más.
En el post anterior hablaba sobre mi mismo y sobre lo necesario que consideraba tener tiempo para mi mismo. Es cierto que en la sociedad que hemos creado es imprescindible establecer relaciones sociales con personas o grupos de personas, es cierto que no podemos crecer como personas si no es caminando junto a otros y es por ello cierto que los eventos sociales tienen su importancia, por poner un ejemplo que en estas fechas está a la orden del día, las cenas navidelas, ya sean familiares o de empresa

Un compañero mío me comentaba en el trabajo que durante la última hora le habían asignado un puesto donde no había trabajo que hacer y que se sentía totalmente infrautilizado, que una hora entera sin hacer nada por obligación era un fastidio al pensar en los millones de cosas que podría hacer para aprovechar ese tiempo. Personalmente yo utilizaría esa hora para algo muy sencillo, para ser yo mismo, o si así queda mejor explicado, para estar conmigo mismo.
Mi compañero podría responderme con un "¡pues vaya tonteria, si uno siempre está consigo mismo, las 24 horas del día!" pero sería una equivocación por su parte, pues habría olvidado que uno siempre está con su circunstancia.

Todos tenemos por lo tanto un yo para cada momento: Quien les escribe no es la misma persona cuando está aquí, sentado en el ordenador, expresando ante una indefinida cantidad de lectores mis ideas, pensamientos y sentimientos que cuando está en su puesto de trabajo atendiendo a sus clientes. También soy una persona diferente a las anteriormente mencionadas cuando estoy tomando una cerveza con uno o varios amigos... en resumen. Soy una persona sutilmente distinta en cada circunstancia, pues cada situación requiere el uso de unos protocolos (importantísima palabra en la vida y en la informática) y unas normas no escritas de comportamiento necesarias para hacer agradable la convivencia.
Por poner un ejemplo básico, yo en mi puesto de trabajo, en ocasiones tengo que tragar con cosas que no toleraría fuera de allí y tengo que ponerles buena cara y reirles las gracias a una serie de personas a las que fuera de allí me gustaría no encontrarme jamás. ¿Soy entonces yo mismo cuando desempeño mi trabajo? no, simplemente soy una "versión" de mi mismo. Esta idea es también aplicable a cualquier circunstancia no laboral, yo no soy yo mismo cuando estoy de fiesta con mis amigos, ni tampoco soy yo mismo cuando estoy en la consulta del médico por alguna dolencia, etc.
Hay entonces tantos "yo mismo" como circunstancias pueblan mi vida en este momento: infinidad de versiones de mi misma que pese a compartir un mismo alma, un mismo corazón y una misma esencia, son ligeramente diferentes entre si.
¿En qué momento pues, podría decirse que yo soy verdaderamente yo?. Cuando se está en completa soledad, pues es entonces cuando conectamos con quien realmente somos y con lo que realmente queremos y necesitamos. El compañero del que antes hablé no parece verlo así, pero a mi entender, una actitud como la suya refleja una curiosa necesidad de alejarse de si mismo que no sabría responder a qué se debe.

No pretendo hacer apología de la soledad, aunque a mi me guste elegirla y la disfrute con frecuencia, creo que ni es conveniente vivir constantemente encerrados en nosotros mismos ni lo es vivir con pura ansia de estar siempre haciendo cosas y huyendo de la tranquilidad. Es muy sano y muy recomendable desconectar tanto del mundo en favor de nosotros mismos como de nosotros mismos en favor del mundo.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo javi, no somos los mismos según que circunstancias, aunque la esencia de uno mismo esta siempre presente, no nos comportamos igual en el trabajo, en casa, con nuestra pareja, con nuestros amigos, con el jefe, con el compañero coñazo, en la calle etc, etc.... Aunque algunos se empeñen en decir que ellos son siempre los mismos y se comportan igual en todos sitios y en todas las circunstancias, MIENTEN, un saludo

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  2. Bien, vale... pero no te complques mucho la vida pensando tanto...

    Simplemente vive...

    Tú eres tú....

    y tu vida!

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