miércoles, 25 de agosto de 2010

Rivalidad

El sentido de la rivalidad, este fenómeno del que os hablo es una cualidad que poseemos los humanos desde el principio de los tiempos. Muchas son las causas que alimentan y favorecen la existencia de esta característica: Desde la lucha por la supervivencia más básica de nuestros prehistoricos antepasados, quienes rivalizaban unos por otros por tener el control de los mejores pastos, las mejores áreas de caza, etc. hasta las numerosas rivalidades que se pueden establecer en la actualidad entre personas nos damos cuenta de que a lo largo de la historia la rivalidad y la competitividad han sido motores fundamentales en nuestra existencia.


Dentro del mismo reino animal tenemos ejemplos fundamentales de rivalidad: por el liderazgo de la manada, por ser los "machos alfa" y tener a todas las hembras a disposición para perpetuar sus genes, y por muchas cosas. Son rivalidades primitivas basadas en satisfacer las necesidades más básicas pero esto no es nada que no sepais. Lo que quizá muchos sí desconozcais es que estas rivalidades también existen en el mundo vegetal. Las plantas también compiten entre si. En 2007 se realizaron una serie de experimentos de los que se extrayeron conclusiones muy interesantes, entre ellas la de que las plantas tienen la capacidad de reconocer a sus plantas hermanas (las que nacieron desde semillas de una misma planta) y que si las plantas juntas ambas cooperan mutuamente en el proceso de desarrollo mientras que por el contrario, cuando plantas que no son hermanas crecen cerca la una de la otra, ambas desarrollan una rivalidad arrojando raices más profundas para acaparás más nutrientes de la tierra que la otra, alargando los tallos más que la planta vecina con el objeto de perjudicarla al acaparar más la luz del sol, etc.

En cuanto al ser humano, al haber desarrollado su capacidad de raciocinio y con el paso de los años haber prosperado tanto como especie como para tener medianamente cubiertas sus necesidades básicas, los instintos primarios se han retraído para dar paso a la conciencia y a la razón y sólo aparecen en momentos de extrema necesidad. En paises ricos, o cuanto menos, en paises desarrollados el sentido de las rivalidades basadas en instintos básicos es distinto, puesto que ya para garantizar el plato de comida en nuestras mesas ya no hace falta jugarse la vida saliendo a cazar bestias salvajes, pero sí hay que salir a ganárselo trabajando, hay que aprender a sobrevivir y perdurar en un puesto de trabajo. No cazamos animales con lanzas para alimentar a nuestras familias, lo más parecido a eso que hacemos es pillar del supermercado cuarto y mitad de jamon york. Y lo mismo puede aplicarse a la necesidad de cobijo, a la necesidad de protegerse del clima, necesidades de higiene personal, etc.



Habiendo acomodado nuestras necesidades básicas a nuestra condición de animales racionales (al menos a veces), a nuestras nuevas configuraciones sociales y a nuestro entorno; habiendo reducido considerablemente la necesidad de rivalizar por cubrir nuestras más elementales necesidades (valga la redundancia) nos encontramos con que en muchísimos casos, en lugar de dedicarnos a cooperar y prosperar lo que hacemos es llevar nuestras rivalidades al terreno del orgullo personal, a lo que yo llamo "lo mío es lo mejor".
Así tenemos que mi equipo de futbol es mejor, que mi partido político es mejor, que mi coche es mejor, que gano más dinero que tú, tengo más éxito social que tú...
Es decir, pese a haber superado etapas dificiles en la historia, pese a haber superado pestes, guerras, hambrunas, persecuciones, discriminaciones, sistemas de gobierno totalitarios e injustos y millones de calamidades más seguimos rivalizando entre nosotros. Y cuando no tenemos un motivo importante por el que hacerlo, en vez de dedicarnos a cooperar y a aunar esfuerzos, nos dedicamos a seguir peleando entre nosotros aunque sea por causas o motivos absolutamente prescindibles.


De todos modos tampoco penseis que es malo que haya rivalidades. La rivalidad no deja de ser un motor impulsor en nuestras vidas siempre y cuando sea sana y se canalice como un elemento motivador, que nos ayude a superarnos, a ser mejores en nuestra vida, en nuestro trabajo, en nuestra relación con los demás. A veces vemos en nuestros rivales características que quisieramos poseer nosotros y ello nos estimula a esforzarnos por superar a nuestro rival para sentir que hemos dado un pequeño paso para ser mejores. Pero ¿Qué es la rivalidad bien entendida? (o rivalidad sana) pues es ni más ni menos que aquella que proyectamos en alguien desde el respeto y el reconocimiento de sus virtudes y cualidades y a quien desde ese mismo respeto reconocemos como digno rival en la lucha por mejorar y llegar a superarle.
Lamentablemente la mayoría de rivalidades que tenemos entre nosotros no suelen ser sanas, suelen ser triviales, banales, o basarse en la envidia más mala y corroyente (la que hace que para superar a nuestro rival, le rebajemos a él en lugar de luchar por mejorar nosotros). Así nos encontramos con que en España muchas veces despreciamos a personas famosas o populares, como a Fernando Alonso, a Almodovar, o en un ámbito mucho más local, a Enrique Falcó por escribir en el diario HOY de Extremadura.



Esta foto va por ti, compañero y amigo Enrique. Por soportar estoicamente a tanto y tanto envidioso que pretende rivalizar contigo ridiculizandote.


Poco me queda por decir para terminar con este tema. Simplemente recordaros que la clave fundamental para que cualquier rivalidad que tengais sea sana es que os querais y os valoreis a vosotros mismos. Por encima de ahi, bienvenida cualquier rivalidad que tengais porque será sana, porque os impulsará a conseguir nuevas metas y a ser mejores personas.

3 comentarios:

  1. Mil gracias Javi, y gran post!!!!
    por cierto, no veas la que están dando hoy también jejeje. Menos mal que me lo tomo a guasa que si no!!! un abrazo y gracias!!! lo pongo en mi facebook!!!

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  2. felicidades javi, buen post, aunque hay una parte de él en la que no estoy de acuerdo, pero bueno no es mas que una apreciacion mia.
    Yo tambien creo que la rivalidad malsana no es mas que envidia, la rivalidad bien encauzada debe ser divertida, o almenos es lo que yo pienso a mi la rivalidad no me gusta en ninguno de sus aspectos, buena o mala (y mala menos) soy de los que piensan "vive y deja vivir" porque creo que estar pendiente de lo que consiguen los demás y que uno no tiene supone un esfuerzo extra que hoy en dia no me puedo permitir porque hay cosas más importantes de las que preocuparse, un saludo

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  3. Hola Nieves, gracias por tu comentario, si te soy sincero ya lo echaba de menos.
    Respecto a lo que dices pienso que tienes tu parte de razón, lo que pasa es que aunque vivas la vida sin ánimo de rivalizar ya habrá alguien que sí busque rivalizar, bien contigo o bien con alguien importante para ti, y entonces tienes que tomar partido.
    Yo también pienso que se vive mejor sin rivalidades, o cuanto menos, con alguna que otra rivalidad sana y divertida que amenice un poco la vida. Lamentablemente la gente tiene más implantada la conciencia de competitividad que la de cooperación. Así después pasan las cosas que pasan.
    Un saludo.

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