sábado, 11 de septiembre de 2010

El Futuro

Conocer el futuro ha sido una inquietud de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Nunca en la historia han faltado figuras capaces de adivinar el futuro, es una característica que siempre hemos atribuido a los dioses, tanto en la antigüedad como en la actualidad. Así los antiguos oráculos informaban del futuro que las deidades en que se creía entonces iban a procurar, se sacrificaban corderos (o incluso personas, según de qué civilización hablemos) para mantener contentos a los dioses y con ello nos proporcionaran un futuro cuanto menos sin sobresaltos.
La inquietud por el futuro no sólo consistía en intentar saber qué pasará mañana, sino además en saber qué será de nosotros cuando muramos. Las religiones se encargaron de resolver esa inquietud con el sencillo método de "haz lo que te digo y con ello alcanzarás el paraíso tras tu muerte".
Durante muchos siglos el poder religioso ha sido el centro de todas nuestras vidas, no solo en la de ciudadanos de a pie sino de la de los más importantes gobernantes y Reyes. Rara es la época histórica en que no veamos junto al trono real al sacerdote/obispo/cardenal de turno, siempre al lado del poder, siempre diciéndo lo que hay que hacer y cómo gobernar.
La religión el países desarrollados ya no tiene el poder ni la influencia de antaño. Los avances científicos que han dado explicación a cuestiones tan fundamentales como el origen de La Tierra, el origen del hombre, a por qué cuando saltamos no nos quedamos flotando en el aire, etc etc. Sin embargo, la ciencia al encargarse sólamente de lo terrenal y de lo empíricamente demostrable no ha llegado a sustituir a la religión, quien ha ocupado con la fe los lugares a los que la ciencia no puede llegar (o no ha llegado aun) como la existencia del alma o la vida más allá de la muerte.
Pero centrándome en el tema que ocupa este post, el futuro, añadir que en la actualidad la adivinación del futuro ya no sólo consiste en lo que te diga el sacerdote de turno sino que la humanidad ha inventado diferentes métodos con los que tratan de convencer a los demás de que pueden saber lo que va a pasar mañana. ¿Quieren saber a qué me refiero? una noche que tengan insomnio pongan la tele un rato, a excepción de teletiendas y anuncios de pornografía y teléfonos eróticos contemplarán a toda una caterva de pitonisos/brujos/adivinadores que, por una cantidad de dinero les dirán cual va a ser su futuro. O si lo prefieren, busquen su horóscopo, lo tienen en cualquier diario o revista que frecuentemente consuman.


Quiromancia, Tarot, Astrología, Numerología, I Ching, Bola de Cristal... Busquen en internet y verán que hay para todos los gustos.
Lo que está claro es que por absurdos e irracionales que puedan parecer todos estos métodos hay muchísima gente enganchada a ellos, gente que se deja un dinero importante con tal de conocer si su futuro va a ser más o menos venturoso.
El futuro representa lo desconocido y lo desconocido es lo temido. El futuro es algo que no podemos controlar, es algo que no depende (o al menos no completamente) de nosotros. Como personas lo único que podemos hacer es estar preparados. Nuestros padres nos enseñaron que desde pequeños es importante estudiar, aprender mucho, ir a clase, hacer deberes, trabajos de clase... formarnos academicamente pero también como personas. Crecemos con la idea de que tenemos que trabajar duro para que nuestro futuro sea prometedor y aunque al alcanzar un poco de madurez comprendemos que nuestro futuro no depende únicamente de cómo nos preparemos para él, le tenemos mucho menos miedo y nos sentimos mucho más seguros si lo afrontamos teniendo la debida preparación, como digo, tanto académica como psicológica.

¿Pero qué factores son los que hacen que pese a prepararnos a conciencia el futuro se nos estropee y la desdicha caiga sobre nosotros?. Podria mencionar tantos y tantos, pero pienso que al final todos ellos forman parte de dos conceptos, dos ideas filosóficas y fundamentales no siempre contrapuestas aunque lo puedan parecer. Azar y Destino:
El azar, la casualidad, la suerte (buena o mala) consiste en que en nuestra vida suceden cosas que no tienen explicación, que no tienen un por qué, que simplemente suceden porque sí. En el caso de que estos sucesos sean positivos no le damos importancia pero si lo que nos ocurra afecta negativamente a nuestra vida, entonces no nos basta con decir "ha sido mala suerte", esa explicación no nos satisface, no nos da paz.
La teoría del azar, es decir, de que la vida es una especie de caos en el que las cosas pasan sin más es algo que nos hace sentir una indefensión terrible y es por tanto algo que en muchas ocasiones nos negamos a aceptar. Tal es el origen de numerosas supersticiones y conductas que irracionalmente empezamos a adoptar con el convencimiento de que teniendolas en cuenta en nuestra vida estaremos protegidos de los avatares del azar.
El Destino es la corriente contrapuesta al azar. Se basa en la idea de que todo pasa por alguna razón, de que todo forma parte de un plan, de que nuestro futuro ya está claramente definido y que por tanto todo lo que en la vida nos ocurre estaba más que previsto. Por muy bueno o muy malo que sea lo que nos pase, era algo que simplemente tenía que pasar porque llegó la hora de que ocurriese y además porque ello forma parte del camino que nos lleva a nuestro destino, al futuro que ha sido establecido para nosotros.

La coexistencia o la incompatibilidad de ambos conceptos ha dado historicamente para muchos debates e investigaciones y por supuesto para muchisimas obras de arte. No hay más que ver que en gran cantidad de obras románticas se alude a la idea de que el chico y la chica estaban destinados a estar juntos para siempre... o quizá lo contrario.


Personalmente yo opino que hay algo parecido a una coexistencia de ambos. Que no existe un destino total, es decir, que no toda nuestra vida ya está planeada por el destino sino sólo una parte de ella que no sabemos cual es, y que la única forma de averiguarlo es vivir y observar desde la perspectiva de los años nuestras acciones y los resultados de las mismas, hacer balance. Si todos pudieramos dejar de vivir tan rápido y estar menos ocupados veríamos que ha habido cosas en nuestra vida que, aunque hubieramos tomado otro camino, habriamos acabado llegando al mismo sitio. Nos asombraríamos al comprobar que a veces nos hemos empeñado en algo que el azar u otras coincidencias nos han impedido sistemáticamente llegar a conseguir bien porque no era el momento o bien porque no estamos destinados a ellas.
Podemos hacernos las ilusiones que queramos, creernos al cien por cien dueños de nuestras vidas, que todo va a ser como nosotros queremos pero al final, lo que tiene que pasar pasa, tarde más o tarde menos, queramos nosotros o no queramos, para bien o para mal.
Para ser felices en esta vida no sólo basta con tener fe en que nuestro futuro será bueno y en hacer todo lo posible por nuestra parte para procurarnoslo, también hay que estar preparados para cuando la vida nos golpee.
Me quedo muchas cosas en el tintero, verdaderamente esto daria para horas y horas, pero prefiero dejarlo aqui. Quizá para dejar en manos del destino que, con vuestros comentarios, formemos un interesante debate en el que ampliar conocimientos y explicar conceptos más en profundidad.
Buen futuro para todos.

2 comentarios:

  1. Como siempre genial, yo pienso que en nuestras vidas hay un guión con uno o dos finales dependiendo de las decisiones que vayas tomando segun van pasando cosas en tu vida y las oportunidades que aprovechas o vas dejando a un lado, todos hemos pensado alguna vez que hubiera pasado si....., es inevitable. De lo que no me fio es de brujas, bolas de cristal, el futuro por una llamada telefonica y demas oportunistas, aunque si soy de las que cuando leo el periodico o alguna revista siempre acabo leyendo mi horoscopo, el de mi marido y el de mi hija, aunque no crea en ellos, pero siempre me llama la curiosidad.
    Genial javi, un saludo

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  2. Aunque sólo lleguemos a saberlo cuando ya nos ha ocurrido, creo que el destino (al menos en algunas cosas) no da segundas opciones.
    Aunque yo una vez creí en lo que dices de varios finales posibles pienso que al final, lo que tiene que ser, es, y que aunque gran parte de nuestro futuro depende de nosotros y nuestras decisiones, en algunas cosas lo que decidamos no nos va a salvar de lo que tenga que venir, sólo va a retrasarlo.
    No obstante también pienso que el destino es algo que requiere cierta interpretación, vamos, que nunca suele ser algo claro y conciso. Que quizá lo que nos pasa puede tener varias lecturas.
    Los horóscopos a mi siempre me han servido para echarme unas risas con los colegas leyendo sus predicciones. En todo lo demás no creo para nada, solo veo en ello a gente espabilada y con labia que engatusa y sugestiona a incautos o a gente desesperada y les sacan todos los cuartos a cambio de cuatro tonterias para que se sientan mejor.
    Me alegra que te haya gustado el post. Gracias de nuevo, Nieves, por leerme y por tu fidelidad.

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